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  • Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla

    Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla

    Antes de la creación de la Orquesta Sinfónica de Sevilla a comienzos de los años 90 del siglo pasado, ya existía en la ciudad una formación similar. Se trata de la Orquesta Bética y tuvo su origen en los años veinte con Manuel de Falla como su principal valedor.

    El motivo de la creación de la constitución de la orquesta fue la imperante necesidad que tenía Segismundo Romero, violonchelista y amigo personal del compositor gaditano, de dar a conocer las obras compuestas por el mismo. Todo ello claro está para ayudar a su amigo a lanzar su carrera compositora y musical ya que por aquel entonces se encontraba pasando ciertas vicisitudes. También contó con la ayuda de otro amigo personal, Eduardo Torres, que por aquel entonces era Maestro de Capilla de la Catedral de Sevilla.

    Entonces fue cuando se reunieron una serie de músicos que en efecto fueron el violinista Fernando Oliveras, el pianista Manuel Navarro y otros tantos que significaban la comitiva musical de la Sevilla de entonces. Cuenta José María de Mena que estos músicos fueron quienes estrenaron la famosa obra de Falla ‘El retablo de Maese Pedro’ pero no por eso fue un camino de rosas.

    Foto: ahoragranada

    El montaje de la pieza musical fue de forma gratuita por parte de los músicos, con la cantidad de horas de estudio y ensayo que pudo haberse llevado el poder estrenar esta obra. Una vez concluido la preparación y montaje de la obra, fue el día 23 de marzo de 1923 cuando se pudo estrenar en el Teatro San Fernando, situado por aquel entonces en la calle Tetuán y que hoy es una tienda de ropa.

    Después de este estreno se vio la oportunidad de seguir con la formación, pasando a ser una orquesta de cámara y llamándose Orquesta Bética de Cámara, dirigida por Ernesto Halffter hasta 1936, cuando llegó la Guerra Civil.

    Una vez finalizada la guerra, su director pasó a ser Manuel Navarro y más tarde Luis Izquierdo. Estas décadas de la posguerra y los primeros años de la dictadura fueron durísimos para la formación ya que tenían pocos proyectos musicales, con la consiguiente falta de ingresos y proyección económica de cara a un futuro.

    En los años 60, concretamente en el año 1964 el Ayuntamiento de Sevilla crea el Patronato Joaquín Turina, donde se crea la Orquesta Filarmónica de Sevilla, la cual tenía entre algunos de sus componentes a antiguos integrantes de la Orquesta Bética de Cámara. Fueron pasando los años y en 1976 se produce la unión de ambas formaciones, pasándose a llamar la agrupación resultante Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla.

    En los años 80 tuvo su punto álgido con la grabación del disco ‘Miserere’ de Hilarión Eslava o el estreno de la versión oficial del Himno de Andalucía de la mano de Manuel Castillo. También tuvo el privilegio de ser la orquesta que estrenó el himno oficial de la Exposición Universal del año 1992. Cabe destacar que a comienzos de esta década en Andalucía solo existían dos orquestas con plantilla sinfónica, la Orquesta Bética Filarmónica de Sevilla y la Orquesta Ciudad de Málaga.

    Francisco José Serna Lazo, antiguo gerente de la ROSS, cuenta en un artículo que en el año 1990 hubo muchos problemas en la ciudad debido a un acuerdo que alcanzó la Junta de Andalucía para la creación de orquestas sinfónicas en Sevilla y Málaga, además de otras orquestas de menor tamaño en Granada y Córdoba. Según cuenta el autor, la propuesta no fue bien recibida por la Orquesta Bética, que aspiraba a ser la Orquesta de Sevilla de forma oficial. Finalmente, se llevó a cabo la creación de la Orquesta Sinfónica, siendo las audiciones en el Conservatorio Superior.

    Foto: nuestrasbandasdemusica.com

    De este duro golpe supo levantarse la formación casi centenaria de la ciudad, aunque le costó muchos años de esfuerzo y trabajo. Pero desde los años noventa hasta el 2010 apenas tuvo actividad, aunque fue en este año, gracias al esfuerzo de Juany Martínez de la Hoz y Michael Thomas, cuando la orquesta reavivó su llama musical y desde entonces, a pesar de no tener una actividad tan frenética como pudo tener décadas atrás, ha conseguido renovar su plantilla y congregar a una serie de jóvenes músicos capaces de tener una actividad frenética en la ciudad de Sevilla. Aclarar por último que toda la documentación y archivo de esta orquesta la resguarda la Universidad Pablo de Olavide.

  • Sociedad Sevillana de Conciertos

    Sociedad Sevillana de Conciertos

    Quizás haya poca gente que conozca de su existencia, pero durante la mayor parte del siglo XX estuvo vigente y en activo la Sociedad Sevillana de Conciertos. Hemos rescatado toda esta información de la tesis elaborada por Luis Francisco Delgado Peña, profesor de Trompa del Conservatorio Superior de Málaga, donde desgrana con pelos y señales todo lo que significó esta asociación para la ciudad.

    A pesar del declive que poco a poco iba haciendo mella en España, no cabe duda que el primer cuarto del siglo pasado fue uno de los mejores en cuanto a arte se refiere. Por eso marcamos en rojo el año 1920, cuando se crea esta maravillosa entidad para la organización de conciertos de música clásica y que en esta temporada se han cumplido cien años desde su fundación.

    Esta sociedad funcionaba mediante una cuota que pagaban sus socios, los cuales eran los únicos que podían acceder a los conciertos. La primera temporada contó con al menos quince conciertos y los dos primeros fueron ofrecidos por un quinteto. Otro dato a destacar es que las representaciones tuvieron lugar en el Teatro Llorens, hoy convertido en sala de juegos pero que volverá a ser un centro dedicado a los espectáculos en breve.

    Destacable también el concierto que realizó Joaquín Turina con sus Danzas Fantásticas y otros muchos programas de conciertos ofrecidos por diferentes agrupaciones como cuartetos, pianistas solistas y otros tantos músicos. Como dato curioso, hemos de decir también que Manuel de Falla estrenó de la mano de la Orquesta Bética de Cámara de Sevilla su obra El Retablo de Maese Pedro.

    Foto: Melómano Digital

    Durante toda la década hasta la Guerra Civil, la sociedad incorporó a sus programaciones un elenco de artistas más que importantes como por ejemplo el Coro Nacional de Ucrania, grupos de música de cámara, pianistas de la talla de Wanda Landowska o A. Rubinstein, Artur Schnabell y con unos programas de los más variados, pasando por autores clásicos como Mozart, Beethoven o Brahms, hasta los novedosos de la época como podrían ser Bartók o Schoenberg.

    No podemos olvidarnos tampoco de que la ópera tuvo también su sitio en estas representaciones. Las primeras que se representaron fueron El Barbero de Sevilla, El Secreto de Susana, Otelo, Manón y Maruxa.

    Pasando a la década de los años treinta, la inestabilidad política sí que afectó en cierta manera a la actividad de la Sociedad. Esto se debe a que algunos conciertos se suspendían o pasaban meses sin que hubiera ninguno. Aun así, cabe destacar que en el año 1931 realizó un concierto para piano Claudio Arrau, uno de los mejores pianistas de la historia. Por su parte, la Orquesta Bética era la principal acaparadora de una cantidad importante de conciertos.

    Lógicamente, el devenir de la historia de España, la inminente llegada de la Guerra y la baja que causaban los socios, terminaron por acabar con la Sociedad Sevillana de Conciertos. Pero una vez pasada la guerra, en el año 1942, varias personas refundaron la sociedad con conciertos inaugurales a cargo de la Orquesta Bética.

    La actividad de la Sociedad Sevillana resurgió organizando en una temporada hasta 19 conciertos, trayendo a formaciones internacionales como la Orquesta de Nápoles, Filarmónica de Berlín, o de dentro de España como por ejemplo Coros del País Vasco. Pero su máximo apogeo lo vivió en la década de los 50, cuando vinieron a hacer representaciones musicales entidades de la talla de la Orquesta Nacional de España, la pianista Pilar Bayona, Orquesta Clásica Femenina de Barcelona y otras muchas más que se fueron sucediendo con el paso de los años.

    El propio Manuel Castillo apareció en escena en el año 1951 ofreciendo un concierto como solista, que fue aclamado tanto por el público como por la crítica de aquel entonces.

    Foto: ABC de Sevilla

    Conforme fueron pasando los años, la sociedad cada vez organizaba menos conciertos, llegando incluso en los años 70 a programar solo cinco en todo el año. Eso sumado a los distintos fallecimientos de las personalidades que la habían sustentado desde tiempo atrás, hizo que se disolviera definitivamente en el año 84 pero como tertulia musical y reuniones. La actividad concertística se cerró en el año 79 y los últimos libros de actas escritos son del año 71.

    En definitiva, Sevilla gozó durante mucho tiempo de una entidad que pudo ofrecer los mejores conciertos de música enriqueciendo culturalmente a la ciudad. Sería interesante que pudiera volver a la vida y así poder aportar a Sevilla una vida musical en el aspecto clásico más interesante si cabe.