Antiguos teatros de Sevilla
Sevilla, como toda Andalucía, tiene una historia y una cultura más que relevante. En la España de finales del siglo XIX y comienzos del XX hasta la Guerra Civil, la capital hispalense tuvo una serie de teatros que hoy están hoy en desuso, derruidos o han sido sustituidos por otros negocios de diversa temática. Estos teatros sirvieron de centros culturales y especialmente musicales para el disfrute de los ciudadanos. Aquí hacemos un repaso por algunos de ellos para recordar una época dorada de la cultura sevillana que, ojalá, pueda volver a este nivel en la actualidad. Destacamos que existen numerosos artículos de distintos medios como ABC de Sevilla, El Correo y blogs de divulgación como culturasevilla o sevillapedia donde aparecen también estas informaciones y que han servido de inspiración para realizar este artículo.
Comenzamos nuestro viaje por el teatro Cervantes. Fue construido por Juan Talavera en 1873 y tenía un aforo para unas dos mil personas. Su interior está casi intacto y desde hace varias décadas es una sala de cine, con un aire romántico y clásico para disfrutar de él. Cualquier persona que desee ver una película, que no dude en entrar en este espacio que les traslada a los años veinte por su decoración y construcción. Está situado en la calle Amor de Dios, muy cerca de la Alameda. Es uno de los pocos teatros que se conserva prácticamente igual que en su época dorada. Pasamos a un espacio con una situación totalmente contraria al que acabamos de mencionar. Se trata del teatro Llorens, adquirido por el empresario Vicente Llorens en 1915. Estaba decorado en estilo neomudéjar por José Espiau y fue uno de los epicentros musicales de la ciudad. Por ejemplo, la Sociedad Sevillana de Conciertos tuvo su sede durante mucho tiempo en este lugar. Se encuentra entre la calle Sierpes y Rioja. Durante muchos años después de su cierre, fue una tienda de ropa y un salón de juegos. Gracias a los descendientes del empresario, el teatro volverá a ser un lugar de reuniones culturales con espectáculos tanto musicales como teatrales.
Un lugar que sigue albergando cultura pero de otra forma es el desaparecido teatro Imperial. Hoy es una librería con mucho encanto y que inspira nostalgia de lo que un día fue ese maravilloso lugar. Fue inaugurado en 1906 y también fue un café muy característico en la época. Está situado en la Calle Sierpes y tenía capacidad para unas 750 personas. Pero, aunque este lugar es recordado como teatro, se trata de un convento desamortizado en el siglo XIX que fue convertido en el teatro Imperial. Seguimos avanzando y nos encontramos con el teatro del Duque, que estaba situado en la antigua iglesia de San Miguel y fue demolido en el año 1938. Antes de esto acogió numerosos espectáculos principalmente de zarzuela y se representaron algunas obras de los hermanos Álvarez Quintero.
En la calle Trajano está el teatro que lleva el mismo nombre. Una joya del regionalismo andaluz y sevillano construido por Ánibal González en 1922. Fue, a parte de un cine y sala X, otro sitio donde la cultura tenía su sede. Tras varios años abandonado parece ser que se va a recuperar como teatro de nuevo gracias a un empresario que quiere convertirlo de nuevo en un espacio cultural. El edificio no se encuentra en muy buenas condiciones pero se intentará conservar lo máximo posible. Si continuamos por el centro de la ciudad, cerca de la plaza de la Encarnación estuvo el Teatro Quintero, que ahora es el centro Fundación Cajasol de la calle Laraña. En el mismo sitio estaba previsto el teatro Luca de Tena construido por Aníbal González pero nunca se fraguó debido al fallecimiento del arquitecto y a la del principal valedor del lugar, Torcuato Luca de Tena. Funcionó como teatro desde 1950 hasta 1987 y en 1999 volvió a la vida como centro cultural. Donde está hoy el famoso hotel Alfonso XIII, estuvo en su día el teatro Eslava. Era un centro de disfrute de muchas actividades. Acogió óperas como ‘Aida’, ‘Carmen’ y ‘Otello‘ además de espectáculos de zarzuela. Fue derribado en 1916 y en su lugar se hizo el famoso hotel. Cerca de este lugar y con los mismos fines para la Exposición de 1929 estaba el teatro Coliseo, situado en el edificio regionalista del número 38 de la Av. de la Constitución. Este lugar fue inaugurado en 1924 y en el año 1929 fue concebido como Teatro Reina Victoria. Actualmente es propiedad de la Junta de Andalucía. Nos dejamos atrás otros lugares como teatro Portela, Novedades, Pathé, etc… aunque existe un libro donde se recoge esta información de forma más detallada titulado: ‘Aquellos viejos teatros sevillanos. Memorias de un crítico’ de Julio Martínez Velasco.
Terminamos nuestro artículo recordando al teatro San Fernando, activo desde 1847 hasta 1969, cuando fue derribado. Estaba situado en lo que hoy es la calle Tetuán, muy cerca de la Plaza Nueva. El teatro se construyó en un lugar donde había estado el Hospital del Espíritu Santo, para el tratamiento de la sífilis. Cuando se construyó, permitió un aforo para tres mil personas más la zona de los artistas, donde cabían numerosas personas. Para el estreno del teatro se representó nada más y nada menos que ‘I Lombardi’ de Verdi. Además de música clásica, el teatro acogió infinidad de representaciones teatrales y ya en los años 60, el folklore y la copla acaparó todo el protagonismo. A partir de los años 70, la dejadez para mantener el edificio hizo que terminaran por derruirlo y actualmente en su emplazamiento hay una tienda de ropa. En definitiva, hemos dado cuenta de que la cultura en Sevilla tenía lugares y enclaves donde alojarse y difundir toda su riqueza.
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