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La música en Sevilla durante el siglo XIX

Haremos un breve repaso por todo lo que aconteció en la capital andaluza durante uno de los siglos más convulsos de la historia, donde la música no quedó al margen de todo lo que ocurrió.

Primeramente, el Romanticismo musical no se desarrolló en España como en el resto de Europa, aunque es curioso la cantidad de obras que están dedicadas a lugares españoles o en todo caso, transcurren en ellas. De todos modos, aunque no hubiera una exportación propia, la vida musical de la ciudad si contuvo un gran movimiento gracias a la creación de la Sociedad Económica de Amigos del País, donde la música sería un pilar importante.

Otro aspecto a destacar es que gracias al fabricante de instrumentos Juan Mármol, la cantidad de obras venidas a la ciudad fueron importantes, con la consiguiente aportación a las representaciones que se producían por toda la urbe. Las piezas que llegaban eran de los mejores compositores de la época como por ejemplo Mozart, Dussek, Haydn, Celementi, entre otros muchos. De hecho, antes de la invasión napoleónica, se representaban obras cómicas francesas como óperas bufas.

La invasión francesa cambió el panorama musical

Durante la etapa de reinado de José Bonaparte, las funciones teatrales y musicales no se detuvieron, es más, se sabe a ciencia cierta el interés imperante en el monarca porque no se detuvieran las funciones. Incluso llegó a asistir a Sevilla a una representación operística.

Foto: ABC de Sevilla

No es hasta finales del siglo XIX y comienzos del XX cuando gracias al movimiento nacionalista, se recuperan y se hacen obras reivindicando las melodías populares de los territorios. Aquí es donde la música española alcanza una riqueza nunca antes vista. Aun así, en Sevilla las obras solo se representaban en lengua castellana, por imposición de Carlos IV de 1799. Pero cierto es que, debido a la invasión francesa, Sevilla se enriqueció musicalmente debido a la representación de música y funciones francesas, sobre todo de ballets y óperas.

Ya después de la marcha del ejército francés, la actividad relacionada con las obras importadas del país vecino fue cada vez menos frecuente debido al sentimiento anti-francés que se produjo en el país. Los ballets apenas se dieron y lo único que se reproducía era música patriótica.

Después de la guerra, durante la mayoría del siglo XIX, la nueva clase emergente, la burguesía, acomplejada del resto de las clases europeas, se puso como objetivo imitar ese modelo y ello hizo que en España y sobre todo en Sevilla, la música tuviera un importante papel.

La ópera se convirtió en el género por antonomasia

La ópera fue uno de los géneros más representados en la época, donde la música religiosa ya no poseía el poder y dominio absoluto sobre las representaciones musicales. Por lo tanto, música religiosa y profana llegaron a convivir sin ningún tipo de problema. Destacable también que la ópera Stiffelio’ de Verdi, solo se representó en España en Barcelona y Sevilla y no fue hasta el año 1995 cuando se volvió a representar, en este caso, en Madrid.

Operísticamente, al público sevillano en aquella época le interesaba más el repertorio entendible y más clásico como los de Donizetti, Verdi, Bellini o Rossini que los nuevos modelos creados de ópera como Wagner

Murillo. Foto: conocemiciudad.com

En cuanto a música religiosa se refiere, las hermandades penitenciales y la semana santa ocupaban todo el centro de reproducción musical pero también existían ceremonias extraordinarias donde se podía oír obras de una riqueza inconmensurable. Por ejemplo, en el año 1859 se celebró una misa de difuntos por el alma de Bartolomé Esteban Murillo donde se interpretó el ‘Réquiem’ de Mozart.

La cultura musical durante este siglo fue más extensa y completa con constantes revoluciones, conflictos políticos y no por ello la música se vio alejada de todos estos acontecimientos. Tras este primer acercamiento, podremos ir más adelante indagando y profundizando en más temás de interés que ocurrieron en esta época.

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